Según la RAE, Envidia es: 1.- Tristeza o pesar del bien ajeno. 2.- Emulación, deseo de algo que no se posee. En la actualidad la envidia es lo que nutre el sistema económico, puesto que moviliza a la gente a tratar de conseguir más que lo que tiene el vecino, sólo para engrandecer su ego; esta sensación de grandeza es de corta duración y se acompaña de una resaca de gran vacuidad. Todos hemos sentido y sentiremos envidia, en mi caso debo reconocer, que me avergüenza y reniego de ella, me angustia el malestar que da en primera instancia, cuando alguien que supongo no se lo merece, obtiene algo; creo que ahí puede haber un punto: el ser merecedor de algo y el porqué pensar que ese alguien no cuenta con los méritos para obtenerlo… ¿Acaso si yo no me esforzara podría lograr lo mismo?, a medida que escribo percibo el angelito de mi conciencia a mi diestra diluyendo el humo de la envidia, cual gas maloliente, y el diablillo que la justifica a mi siniestra, obvio, diciéndome: “¿Por qué no?, porqué es pecado acaso, chis si los curas son terribles de envidiosos”. Sabemos que no brillamos en ningún deporte salvo en el chaqueteo, el que se origina por la envidia.
Bueno esta meditación de la envidia no es por que si, mientras venía a mi trabajo, escuché un comentario en la radio sobre Brian Wilson, compositor y miembro fundador de “The Beach Boys”, quién según el locutor dijo, envidiaba a “The Beatles”, sentí pena por él, mira a quién fue a envidiar, lo de los Beatles siempre ha sido y será de otra dimensión y al pobre Wilson le tocó ser contemporáneo con los músicos de Liverpool. Sacar sus creaciones cuando las sacaban los Beatles, lo llevó a no concentrarse en sus logros sino que a obsesionarse en ser mejor que los Beatles. Al leer la biografía de Brian Wilson este detalle es sólo un pelo de la cola y quizás hasta irrelevante, sin embargo no es un dato menor que enfermara al escuchar el disco “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, obviamente él ya manifestaba una patología, la que era exacerbada con el LSD.
Otro caso que recuerdo es el de Antonio Salieri, quién como muestra la película “Amadeus”, tuvo la pésima fortuna de envidiar a un genio como Mozart, lo que le impidió destacar dentro de la música clásica y sufrir al quedar hipnotizado escuchando las formidables composiciones que sacaba ese libertino mal viviente que según él era Mozart.
Otro caso que recuerdo es el de Antonio Salieri, quién como muestra la película “Amadeus”, tuvo la pésima fortuna de envidiar a un genio como Mozart, lo que le impidió destacar dentro de la música clásica y sufrir al quedar hipnotizado escuchando las formidables composiciones que sacaba ese libertino mal viviente que según él era Mozart.
Este tema de "The Beach Boys" va como anillo al dedo: "Good vibrations".
9 comentarios:
Hola verito...
yo lo menos que soy es envidioso, es algo que me autoagradezco
un abrazo
Monchito
Eso es envidiable Monchitox, saludos a la Yani y a la Flo
O sea, claramente tener demasiada autoestima y creer estar en un nivel superior es un mal negocio...
Algunas veces soy envidioso. Trato de no serlo, pero es dificil no tener esa sensación algunas veces.
Saludos
Envidioso nada..cada cual tiene lo que por bien o por mal se ha sabido ganar...mi pecado capital es peor..la Ira.-
Cuídate.-
Creo que no soy envidiosa. Al menos nunca he sufrido porque a alguien le vaya bien. Depende de cada cual lograr las cosas y si la comparación sirve como motor, bien, si no es insana.
Mi lado B va por otra parte...
Hartos saludos Verónica
I think that you have the 'blues'...
Suena interesante al pensar que nosotros nos ponemos verde de envidia... otros se ponen azules...
Saludines, feliz navidad...
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La verdad -y no para creerme bacán- creo no ser envidiosa. Sobre todo si las cosas buenas les pasan a gente que quiero y porque son muy capaces, mucho más que yo, me provoca admirarlos.
Ahora, por lo mismo, es quizás porque no le ha pasado algo bueno a algún enemigo, ajaja, tal vez ahí cambiaría de parecer.
Gran pecado capital este... cuántas cosas no se han hecho en su nombre...
Pd: Terrible eso de envidiar a The Beatles, toda la razón... es como para envidiar toda la vida, ajaja
Cariños Vero! Que tengas unas felices fiestas y en vez de contratar a los gestores, pídele al viejito pascuero por lo mismo! (ajaja, qué me reí con eso)
Cariños!
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Dicen que la envidia sana no existe y estoy de acuerdo. Cuando a uno le alegra el logro del otro pero además quiere lograr lo mismo, sin desmerecer al otro, no sentimos envida, si no deseos de superarnos... digo...
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