Me llamó por teléfono mi “compañero del destino”, que cursi suena pero no sé cómo llamarlo ¿pololo? ¿Novio? suena más bonito “compañero del destino” ya que involucra la persistencia de la situación. Bueno, me llamó para contarme que sobre el centro de Santiago, había cuatro Ovnis y que él los vio.
Yaaaaaaaa, le respondí.
Si, es verdad, sintoniza las noticias para escuchar que dicen.
Bueno no te quedes muy a la vista, para que no te abduzcan. Pensando en que hoy es viernes y a los hombres los suelen abducir el viernes y los retornan el lunes. No me ha sucedido pero mejor prevenir, por las dudas.
Después que terminamos la conversación, miré por la ventana y sólo vi dos palomas, aunque no sería raro que los Ovnis sobrevolaran nuestra contaminada ciudad, he escuchado a “Ufólogos” que plantean que la contaminación les llama la atención a los seres interplanetarios. Si a los miles de santiaguinos, nos importa un corcho respirar la mugre que respiramos, quizás existan inteligencias superiores que sí les preocupe el tema o encuentren insólito que exista una cantidad exorbitante de automóviles que circulan por las calles sin restricción alguna, ni ética ni legal. El cuento de los autos con convertidor catalítico es un chiste, la mayoría del parque automotriz es con convertidor catalítico y los automóviles a los que les afecta la restricción vehicular es mínimo, lo peor es que cuando nuestras “incapaces autoridades” proponen que la restricción vehicular considere a todos los automóviles, salen los defensores del “traste con ruedas”, con la excusa que en el año 1992 se ofreció a quienes invirtieran en un auto catalítico, no tendrían restricción vehicular. A 15 años de eso, es insostenible que lo que ofreció una persona “X” que fue autoridad, sin prever en lo que se convertiría esta ciudad, nos deba afectar a todos. Y es a TODOS, los niños se enferman transversalmente tanto en los estratos bajos como en los altos y lo peor de la situación es que A NADIE LE IMPORTA.
La inconciencia del santiaguino llega al punto de usar como medio de calefacción chimeneas, que si bien son de doble cámara y cuanta “chachara” mentirosa, quién fiscaliza que sean efectivamente de doble cámara, quién controla que la doble cámara tenga mantención. Quién fiscaliza, efectivamente, que los catalizadores de los autos cumplan con la norma de emisión, si las revisiones técnicas se efectúan una vez al año y los catalizadores duran 3 a 6 meses.
Eso sin contar incompetencias como:
- La carencia de Gas Natural (gracias Frei) y la utilización de petróleo diesel como combustible en las industrias.
- Los nuevos buses del Transantiago que de nuevo nada, son la mismas micros añosas, que no sólo fueron “enchuladas” para Transantiago sino que ya se habían “enchulado” para engalanarlas de amarillo, ¡UNA VERGÜENZA!.
- La cantidad de edificios que se construyen diariamente levantando tierra sin control alguno
Ahh! Y la principal de todas,
- Fundar la capital en un hoyo encerrado por montañas (gracias Pedro de Valdivia).
En fin, no tenemos arreglo, los santiaguinos somos mala clase, ante nuestra ineptitud han venido los Ovnis y lo mínimo que merecemos es una buena bomba que nos haga pebre.
Yaaaaaaaa, le respondí.
Si, es verdad, sintoniza las noticias para escuchar que dicen.
Bueno no te quedes muy a la vista, para que no te abduzcan. Pensando en que hoy es viernes y a los hombres los suelen abducir el viernes y los retornan el lunes. No me ha sucedido pero mejor prevenir, por las dudas.
Después que terminamos la conversación, miré por la ventana y sólo vi dos palomas, aunque no sería raro que los Ovnis sobrevolaran nuestra contaminada ciudad, he escuchado a “Ufólogos” que plantean que la contaminación les llama la atención a los seres interplanetarios. Si a los miles de santiaguinos, nos importa un corcho respirar la mugre que respiramos, quizás existan inteligencias superiores que sí les preocupe el tema o encuentren insólito que exista una cantidad exorbitante de automóviles que circulan por las calles sin restricción alguna, ni ética ni legal. El cuento de los autos con convertidor catalítico es un chiste, la mayoría del parque automotriz es con convertidor catalítico y los automóviles a los que les afecta la restricción vehicular es mínimo, lo peor es que cuando nuestras “incapaces autoridades” proponen que la restricción vehicular considere a todos los automóviles, salen los defensores del “traste con ruedas”, con la excusa que en el año 1992 se ofreció a quienes invirtieran en un auto catalítico, no tendrían restricción vehicular. A 15 años de eso, es insostenible que lo que ofreció una persona “X” que fue autoridad, sin prever en lo que se convertiría esta ciudad, nos deba afectar a todos. Y es a TODOS, los niños se enferman transversalmente tanto en los estratos bajos como en los altos y lo peor de la situación es que A NADIE LE IMPORTA.
La inconciencia del santiaguino llega al punto de usar como medio de calefacción chimeneas, que si bien son de doble cámara y cuanta “chachara” mentirosa, quién fiscaliza que sean efectivamente de doble cámara, quién controla que la doble cámara tenga mantención. Quién fiscaliza, efectivamente, que los catalizadores de los autos cumplan con la norma de emisión, si las revisiones técnicas se efectúan una vez al año y los catalizadores duran 3 a 6 meses.
Eso sin contar incompetencias como:
- La carencia de Gas Natural (gracias Frei) y la utilización de petróleo diesel como combustible en las industrias.
- Los nuevos buses del Transantiago que de nuevo nada, son la mismas micros añosas, que no sólo fueron “enchuladas” para Transantiago sino que ya se habían “enchulado” para engalanarlas de amarillo, ¡UNA VERGÜENZA!.
- La cantidad de edificios que se construyen diariamente levantando tierra sin control alguno
Ahh! Y la principal de todas,
- Fundar la capital en un hoyo encerrado por montañas (gracias Pedro de Valdivia).
En fin, no tenemos arreglo, los santiaguinos somos mala clase, ante nuestra ineptitud han venido los Ovnis y lo mínimo que merecemos es una buena bomba que nos haga pebre.
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