The Wackness

Director: Jonathan Levine

En The Wackness, Luke Shapiro es un adolescente que está finalizando el colegio, visita a su sicoanalista: el Dr. Squires (Ben Kingsley). El médico luego de darle una recomendación, enciende su pipa e inhala; la hierba de su adminículo se la provee Luke, quién además ser estudiante es traficante. Todo transcurre en Nueva York en 1994, cuando el alcalde Giuliani innovó en la lucha contra la delincuencia con el tan popular plan “Tolerancia Cero”, que metió en las cárceles todo lo que afeara el peligroso NY. Luke es un muchacho sensible, hijo único de una pareja que pelea constantemente porque serán desalojados de su departamento en Manhattan (LA tragedia), a causa de los malos negocios de papá Shapiro, Luke al escuchar accidentalmente esta situación se obliga a trabajar más aún vendiendo el doble de droga, esta vez simulando su mercancía con un carrito de helados con el que recorre el Central Park y Manhattan, visitando a desadaptados personajes, que dejan a Shapiro como el más sensato de todos.
Es una película que me encantó ver, pues retrata a la famosa generación X y la infinita tristeza que la caracterizó, dejando como emblema de la época: la muerte de Kurt Cobain. Para los que compartimos esta generación es inevitable encontrar esos lugares comunes, quizás no musicalmente ya que el Grunge que llegó acá con sede en Seattle, en NY tuvo su contraparte con el Hip Hop.
Vale destacar la excelente actuación de Ben Kingsley como el perdido terapeuta, Shapiro es interpretado por Josh Peck, además de la aparición de Method Man (lo ubico, porque mi hijo escucha Hip Hop) como el abastecedor de Luke.